lunes, 29 de agosto de 2011

El Demonio está furioso tras las JMJ, ahora ataca con la Eutanasia

Tras leer el título alguien puede pensar "este ha perdido la razón".

Bueno, no deja de ser mi opinión pero creo que España es uno de los principales campos de batalla entre el bien y el mal desde 2004.

Y como no podía ser menos, tras un éxito como el de las JMJ donde España brilló con luz propia solamente por noticias de gente feliz, gente unida en comunidad y hablando del amor verdadero como en ninguna otra concentración, el demonio no podía quedarse quieto.

Y es que los malos no son más tontos que los buenos, al contrario, son inteligentes y hábiles, pero no pueden ganar porque no tienen a Dios tras de sí, pero claro, eso solo sirve si nosotros ponemos lo mejor de nosotros mismos para defender el amor de Cristo. Por eso, ahora que solo se hablaba de jóvenes felices, había que buscar un nuevo tema que vuelva a intentar llenar el ambiente de miedo y turbación, y sólo podía ser con algo que atentara realmente nuestras emociones, que es volver a hablar de la vida y de los seres queridos, pero bien enrevesado a través de medias verdades (no olvidemos que el demonio es el príncipe de la mentira).

No es baladí la concatenación de noticias que están aconteciendo relativas a la eutanasia. Y antes de hablar de los casos que ahora son noticia, unas cuantas precisiones:

- Nadie quiere el sufrimiento inútil de las personas.

Esto se denomina "encarnizamiento terapéutico", es decir, intentar mantener la vida a costa del deterioro y sufrimiento de la persona a sabiendas de que su diagnóstico no tiene solución y solo le queda la muerte

-Nadie que pide la libertad quiere coartar la decisión libre de las personas que escriben un "testamento vital".

El problema de no escribirlo y "decidir en caliente" no es garantía de una decisión libre; este es el caso de los suicidas, cuya voluntad se ve alterada por su estado psíquico. Tampoco lo es con personas que sufren de manera extrema, de la misma manera que no son válidas las confesiones tras torturas, en que uno es capaz de decir lo que sea con tal de que cese el dolor.

-Los demandantes de esta ley olvidan que se obliga a terceras personas a realizar actos que pueden ir contra su conciencia y, sin duda, contra su libertad.

Y es que se habla de la "muerte digna" como algo automático, olvidando que es una tercera persona a la que se le obliga a realizar actos que van contra su formación, su libertad y su conciencia.

Un médico se ha formado para salvar vidas y para tratar el dolor. Y se pone en segundo plano la mejor praxis médica en aras de conseguir la sanación o el tratamiento del dolor por una ley que contempla una serie de acciones en las que se convierte al médico en medio necesario para llevarse a cabo pero sin contar para nada con su opinión profesional.

Sin embargo, confundimos buena muerte con quitar el dolor y, en muchos casos, puede darse la circunstancia encubierta de, bajo imagen de sufrimiento de familiares, esconderse otras prioridades (desde comodidad mal entendida en algunos casos a problemas de herencias en otros).

En el caso de Ramona Estévez se da la circunstancia de que se obliga a quitar, no la respiración, sino el alimento. ¿Alguien se ha cuestionado cuál es el sufrimiento de una persona a la que se le obliga a morir de hambre? ¿Alguien de los que opina se ha planteado cuánto puede tardar en morir alguien por inanición?

Yo no soy médico pero me pregunto ¿qué pasaría si se dieran convulsiones en el paciente en ese tránsito hacia la muerte?¿tratarían al paciente para estabilizarlo o lo "rematarían"? Pongo un caso extremo pero creo que podría clarificar lo descabellado de este tipo de iniciativas.

Por cierto, he oido a algunas personas bienintencionadas -lo opino yo- decir que nuestro caso no es el de Holanda, que tampoco las cosas se van a poner como allí. Y yo ahora recuerdo lo que escribía a cuenta de los incidentes de Inglaterra, ¿alguien pensaba hace 30 años que podrían ocurrir estas cosas cuando se abandonaban los ejes de la educación del respeto a los mayores, del esfuerzo y la disciplina?

Es el problema de jugar con los principios por criterios estadísticos, algo a lo que son muy dados los políticos, claro (para ejemplo, las veces que se saltan las leyes y los tribunales con asuntos relacionados con el terrorismo).

En fin, el tema de la libertad de los médicos se podría trasladar -que no resolver- diciendo, "pidan el alta voluntario, le llevan a casa y alli hagan ustedes lo que quieran". ¿Lo harían los familiares?¿Aceptarían la responsabilidad de quitar la alimentación a su propia madre y el consiguiente cargo de conciencia? Esta reacción tan humana vuelve a indicar cómo nuestro fuero interno rechaza intrínsecamente lo que está mal, pero claro, es más fácil que otro sea el ejecutor para poder dormir tranquilos bajo un falso sentimiento de compasión.

Reflexionemos sobre la verdad, una vez más, y desgranemos cuántos de estos casos vienen de casos en los que el "estado del bienestar" se confunde con el egoismo particular, cuántos de estos se esconden bajos casos extremos que se buscan como ejemplo excepcional -de excepción- para legislar para la generalidad y preguntémonos si esta sociedad que nos invita a vivir todo tan deprisa nos incomoda ante lo dilatado de las enfermedades de las personas mayores y si aguantar estos procesos, aunque dolorosos, guardan también enseñanzas de vida o momentos para taner a solas con esas personas queridas para darles las gracias por tantas cosas, para contarles cosas que puede que no les hubiéramos contado de ocurrir todo de otra manera o para pedirles simplemente perdón.

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