lunes, 23 de mayo de 2011

¿Por qué ha perdido ZP? Explicado en lenguaje de fútbol

Hoy leo en el diario Público "El PSOE se desploma por su giro a la derecha".

Creo que hay que hacer un análisis menos simplista del asunto y ser más rigurosos. Cuando un ente con flujos de caja de entrada y salida ve como caen sus ingresos, antes o después tendrá que recortar sus inversiones y sus gastos. Esto que funciona en la economía de cualquier casa, vale igual para las empresas y para los países. Esto no es economía de derechas, negar estos principios de la economía es como hablar de electricidad y negar la ley de Ohm.

ZP ha recibido un correctivo equivalente al tamaño de sus errores.


Haciendo una analogía con un equipo de fútbol, ZP recibió un equipo que jugaba muy bien y que ganaba muchos partidos.
El tiempo pasa, los jugadores se hacen mayores y, aunque siguen ganando partidos, el juego ya no es igual. Mucha gente va viendo que, o se renueva el equipo (el modelo económico) o dentro de no mucho se irá al descenso.
Aun así, este equipo cuenta con unos comentaristas deportivos acérrimos que consiguen que sus argumentos resultadistas se impongan sobre el juego (esto se plasmó en un debate de economía entre Solbes y Pizarro, al que las encuestas dieron como ganador a Solbes, pese a que se acabó cumpliendo todo lo que Pizarro advertía).
Se renueva la junta directiva y el equipo empieza a perder, la FIFA da algunos resultados como inválidos por alineación indebida pero el Club los recurre (léase los cambios de criterio para contabilizar el paro, las correcciones sobre las estimaciones de PIB y la propia contestación del Gobierno diciendo que los organismos internacionales se equivocaban!).

Termina esa temporada y el club ha descendido. Lo normal sería vender a los jugadores con sueldos altos y planificar la temporada en la división inferior con un equipo más modesto (recorte de gasto y cambio en la priorización de la inversión). Está claro que el equipo no jugará igual pero la viabilidad económica del equipo depende de ello. Se da un agravante, el Club defiende que el equipo no está descendido porque tiene recurridos todos los resultados de la liga y decide huir hacia adelante. No sólo no vende jugadores sino que ficha a unos cuantos más, con renombre pero muy mayores e intenta vender ilusión. Estos jugadores resultan inoperantes, pero costaron muchísimo (el Plan E).

Está terminando esa temporada, nos vamos a tercera y con el triple de deuda que con la que se descendió a segunda, con el agravante de que esa temporada en segunda viene la mitad de gente al estadio porque se negaron a bajar los precios de las entradas.

La situación es insostenible, no hay dinero ni para pagar los sueldos y se pide un préstamo a la FIFA. La FIFA exige aclarar todas las impugnaciones, vender todos esos jugadores, viejos y de gran sueldo, quitar el gasto de calefacción del cesped y de las gradas y el marcador gigante de LED que pusieron hacía dos temporadas (que era lo único que entretenía ya al público). Hasta ese momento, el presidente sigue negando la mayor pero, al final, el presidente recibe un par de llamadas de teléfono que no le dan opción, o acepta, o el club se disuelve (esto es, mayo de 2010).

Los comentaristas acérrimos se echan encima porque piensan que el presidente se ha doblegado a una ideología -en lugar de a la simple y llana realidad-. Los comentaristas críticos se llenan de razones para cargar contra el presidente. La gente se harta, ya no sólo de ver malo y poco juego (PIB), sino de que esos comentaristas acérrimos no sean críticos (lo adivinan? los sindicatos) y de que les quiten la calefacción y la tele gigante y les suban las entradas todo lo que no se lo habían subido en las dos temporadas anteriores.

¿Y la oposición al presidente? Esperando mejor ocasión, total, entre todos le están haciendo el trabajo.

Llega la siguiente elección y la gente expresa lo que siente y lo que sufre, les han engañado, no queda equipo ni esperanza de ascender al año siguiente con lo que queda, no es que no entiendan que ahora toque apretarse el cinturón, sino que les toque hacerlo ahora el triple de lo que lo tendrían haber hecho hace 3 temporadas y que el equipo se ha quedado hecho unos zorros y que les mintieron sobre todo ello.

Al final, algunos socios votan en blanco o nulo (casi un millón) y otros se sienten tan engañados que ahora votan a la oposición aunque ni le hayan oido decir que piensa hacer (más de medio millón), y otros se quedan en casa porque no ven que merezca la pena ir a votar. Y así se pretende explicar muy someramente la pérdida de votos del partido del presidente (casi dos millones).

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