Me parece especialmente peligroso cómo este gobierno que se dice socialista y gobierna últimamente como el más consevador de los gobiernos -y diciendo que eso también es socialista-; se apropia una vez más de los conceptos y secuestra el significado de las palabras para implantar una mentalidad totalitaria del tipo "merece la pena limitar las libertades por el bien de todos".
Este concepto tiene dos pegas:
- no se deben limitar las libertades -aunque esto no es nada nuevo desde la implantación de la Educación para la Ciudadanía-
- el bien de todos, cuando no proviene de Dios, siempre se convierte en el bien de una minoría.
Dicho lo cual, no entiende que los fumadores no tengan bares a los que ir a fumar. Reconozco que el lunes pasado me fui a un bar a ver el partido del Madrid y, en el descanso, no apestaba a humo, no estaba ronco y hasta pude apreciar que el aceite de la cocina debía ser cambiado ya.
Ahora bien, entre eliminar derechos o regularlos media una gran distancia. Yo me pregunto, ¿por qué no crear licencias de bares para fumadores y que fueran los ayuntamientos quienes regulen cuántos bares de fumadores y cuántos de no fumadores puede haber por área para que cada consumidor pueda acudir a donde prefiera sabiendo que no tendrá problemas -ni de humo el no fumador que cree ir a un bar sin humo, ni de persecución el fumador que cree ir a un bar donde se fuma-